El avión perdido en Malasia: ¿Nos están vendiendo un "Lost" para tapar los rumores de guerra?

Estamos lejos del lugar donde podría recogerse información de primera mano sobre el misterio del avión desparecido. Pero ni los periodistas de investigación que están en la tierra de las Torres Petronas pueden registrar lo que realmente está sucediendo con el avión perdido.


En Buenos Aires solo nos queda preguntarles sobre el asunto a ex embajadores y agentes de inteligencia que han actuado en el plano internacional. Son escasas las ocasiones en que esta gente, con más de 30 años de experiencia en asuntos internacionales, ni siquiera se atreve a esbozar una hipótesis, por más descabellada que sea.

Con el nivel de tecnología con el que cuenta las grandes potencias, hoy se puede detectar hasta el recorrido y la ubicación de una pelotita de golf que haya caído en cualquier océano del mundo. ¿Y un Boeing 777 se les escapa de las narices a los cientos de satélites espías, a las computadoras capaces de rastrear hasta lo impensable en cualquier lugar del Planeta?

No se trata de la desaparición de una persona, sino de una fabulosa aeronave que cuenta con GPS incluso en las turbinas que le dan impulso.

Una mente conspiradora pensaría que se trata de una de esas maniobras de inteligencia y distracción más fabulosas desde la época de la guerra fría.

Algo tramado para desorientar a todos y que se hable del avión y no de la crisis en Rusia que amenaza una guerra que comprometería a todo el Planeta.

En la Segunda Guerra Mundial los aliados hicieron grandes operaciones de distracción para que Hitler nunca sospechase que los ejércitos libertarios desembarcarían en Normandía.

Otras veces nos "comimos" el sapo del Triángulo de las Bermudas, hasta que el Presidente de la compañía aseguradora de barcos "Lloyds" confesó en una entrevista que las naves que circulan por esa zona con fama de traga barcos no pagaban una prima de seguro más grande por nivel de riesgo que las que circulan por cualquier otro océano calmo de la Tierra. O sea, el riesgo de que los devore ese misterioso triángulo no estaba en la mira de los que ofrecen multimillonarios seguros contra desastres marinos.

Como el mundo gira en torno al "vil metal", estaba claro que si la prima de la Lloyds no variaba al tomar el curso de las Bermudas, no había misterio que descubrir.

Con el asunto de los OVNIS siempre pasó algo similar. Son un buen motivo de distracción, aunque hay que reconocer que desde el incidente de Roswell -Área 51- hasta aquí las conclusiones científicas son concluyentes. Oficialmente los científicos que estudian el fenómeno alienígena aceptan que el 97 por ciento de los avistamientos son efectos luminosos que se confunden en la atmósfera o directamente fraudes de quienes dicen haberlos fotografiado o presenciado, lo mismo que el controvertido tema de las abducciones.

Personas que son sometidas a intervenciones quirúrgicas o trasplantes en naves extra terráqueas han dado lugar a mil conjeturas interesantes para la ciencia ficción, pero poco creíbles desde la realidad.

Y cuando decimos que la ciencia logró probar el 97 por ciento de los avistajes OVNIS, los mismos estudiosos reconocen que un tres por ciento de los casos incomprensibles dan lugar a creer que en verdad existen misterios imposibles de resolver en esa materia. O sea, la ufología nos dice que existen fenómenos que no son de este mundo, no es escepticismo total.

Ahora con el avión malasio puede ser que las grandes potencias nos estén entreteniendo con un gran "Lost" para distraernos de un posible conato de guerra mundial proveniente de Rusia. Se toman el tiempo para solucionar esa crisis que no es pequeña, teniendo en cuenta que un Vladimir Putin metido en el asunto no es un personaje menor en la historia de la humanidad. Putin fue el cerebro de los servicios de inteligencia de la KGB en su última etapa, y ya como jefe de la Rusia actual no le tembló el pulso cuando mandó asesinar opositores con métodos sofisticados, desde envenenamientos radioactivos o técnicas similares.

Putin es un duro de aquellos, inteligente como pocos y desalmado como el más grande los conquistadores de la antigüedad.

A lo mejor mañana nos dicen que un OVNI se llevó al avión de Malasia y en cualquier momento nos lo devuelve con los relojes de sus ocupantes detenidos en el tiempo.

Lo cierto es que estamos frente a una mega operación de distracción múltiple, que ni la tecnología más avanzada nos puede dar una respuesta cuando tiene las herramientas de sobra para hacerlo.

¿Cuánto durará esta farsa, o hasta cuando los que saben la verdad van a poder ocultarla?

Si hay personas experimentadas en estas lides que se encogen de hombros porque no encuentran respuesta lógica para el avión perdido, al menos nos entusiasma que la trama de "Lost" se lleve a la realidad y por un tiempo estemos despreocupados de las verdaderas preocupaciones que aterran a los expertos: las guerras y los rumores de guerra, para definirlo con un término bíblico.

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