Allanaron las propiedades y cajas de seguridad de Lázaro Báez

RÍO GALLEGOS.- En el primer avance concreto contra el empresario Lázaro Báez, denunciado por encabezar una presunta red de lavado de dinero, ayer sus propiedades y sus cajas de seguridad fueron objeto de allanamientos simultáneos ordenados por el juez federal Sebastián Casanello y ejecutados aquí por la Gendarmería Nacional.


Recién 53 días después de que su nombre abandonara el bajo perfil para transformarse en el eje de un escándalo, sus propiedades fueron allanadas en busca de rastros que prueben las denuncias sobre lavado de dinero que pesan en su contra y que combinan un cóctel explosivo de bolsos con dinero de origen dudoso, millonarios repentinos, vuelos al exterior, paraísos fiscales y contactos que llegan hasta los despachos de la Casa Rosada.
El nerviosismo de Báez , el gesto adusto de la jueza federal subrogante Andrea Askenazi Vera y la parquedad de los gendarmes que llevaron adelante los procedimientos dejaban ayer a la vista que no se trataba de una requisa más, sino de un allanamiento inimaginable aquí hace apenas unos meses, cuando Báez era el empresario favorito de los Kirchner, socio en negocios e íntimo del entorno presidencial. El hombre más cercano al poder ayer era tratado como un desconocido.
Cuando la presión sobre Báez recayó con la fuerza de una denuncia judicial y periodística que indicaba el desmantelamiento de una supuesta bóveda en el sótano de su chacra, él aumentó la apuesta e invitó a la prensa a recorrer sus propiedades. También invitó a jueces y fiscales, pero el gesto no detuvo los allanamientos.
También ayer Casanello dispuso la inhibición general sobre los bienes del contador Leonardo Fariña y el financista Federico Elaskar, imputados también por presunto lavado de dinero. Ambos, además, están citados a indagatoria el lunes próximo.
El operativo empezó el miércoles cerca de la medianoche, en la sede central del Banco Santa Cruz. En apenas una hora y cuarto fueron revisadas las 14 cajas de seguridad propiedad de Báez, de acuerdo con lo informado por el Banco Central ante la Justicia. Seis cajas de cartón y una de madera fueron suficientes para reunir el contenido encontrado y transportarlo en la caja de una camioneta de Gendarmería. El procedimiento terminó pasada la medianoche.
A primera hora del día no se hablaba de otra cosa que no fueran los allanamientos al empresario local más exitoso de la última década. Antes del mediodía se libraron desde Buenos Aires exhortos para nuevos allanamientos en las propiedades de Báez.
A las 12, un grupo reducido de gendarmes llegó hasta el galpón ubicado en la calle Güer Aike 50, el lugar donde el fotógrafo espontáneo Sergio Triviño, empleado de Austral Construcciones, había retratado parte de la flota de lujosos autos de Báez. No había nadie para abrir la puerta y, luego de varias llamadas sin respuesta, los gendarmes decidieron ingresar por la fuerza.
Visiblemente alterado, minutos después llegó Báez junto a un colaborador y un abogado, y si bien no quiso formular declaraciones, aseguró que no podía entender por qué se había roto el portón. "Ustedes son testigos de mi predisposición con la jueza para que visite mis propiedades", dijo escuetamente.
En el galpón se encontraban, alineados, la decena de autos de alta gama propiedad del empresario, entre ellos los dos Porsche Cayenne Turbo, uno modelo 2011 y valuado en 1,2 millones de pesos a valor de mercado.
Antes de este procedimiento, un grupo de Gendarmería Nacional se había trasladado hasta la estancia Alquinta, a más de 100 km de Río Gallegos. Allí , según la denuncia, habrían sido trasladadas bolsas con dinero, armas y documentos retirados de la chacra de Báez.
A las 14.30, el cuarto allanamiento fue en la ya mítica chacra de Báez, ubicada en la parcela 39 y a 15 cuadras del galpón con los autos de alta gama. El empresario los esperaba en el lugar, junto al abogado Juan Pablo Gregori. Hasta allí llegó la jueza federal subrogante Askenazi Vera, quien cumplía con el exhorto solicitado por Casanello, escoltada por una camioneta 4x4 con agentes de Gendarmería.
Dos horas llevó la pesquisa, pero no trascendió si además del sótano donde se encontraba la ex bóveda hubo tiempo para recorrer el quincho, la pileta, la casona de campo y las dependencias para las visitas.
Al mismo tiempo que la chacra era allanada, la sede central del Banco Santa Cruz volvió a recibir una nueva pesquisa, que se inició a las 15. Al finalizar el operativo, sólo hubo hermetismo y silencio. Báez se limitó a considerar los allanamientos un "espectáculo innecesario".

RECHAZARON LA RECUSACIÓN CONTRA UNA JUEZA

La jueza de instrucción María Gabriela Lanz rechazó ayer in limine (sin tratamiento) la recusación que le plantearon los abogados del empresario Lázaro Báez en una causa por presunta extorsión contra el anterior titular de la financiera SGI, Federico Elaskar. La jueza envió el expediente en consulta a la Cámara del Crimen para que sea ese tribunal, en definitiva, el que decida si seguirá o no al frente de la causa. En una resolución expedita, la jueza denegó el planteo formulado por los abogados Gabriel Gandolfo y Nicolás Guzmán, quienes fundamentaron el pedido en una presunta "falta de imparcialidad" de la jueza, ya que habría permitido la filtración de información pese a que el expediente está bajo "secreto de sumario". La jueza consideró que ninguno de los argumentos de los defensores de Báez constituyen causales de recusación.

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