Incertidumbre sobre qué hará el gobierno con el pago a los fondos buitres
El país ingresó esta semana en la cuenta regresiva para lograr un acuerdo con los holdouts que evite caer en un nuevo default de la deuda pública, pero reina la incertidumbre sobre los pasos que dará el gobierno. No se sabe aún si se enviará una comitiva a Estados Unidos para seguir la negociación o si limitará el contacto a conversaciones telefónicas.
En este contexto, referentes del oficialismo y la oposición discreparon sobre la magnitud del impacto que tendrá en la economía local si el país cae en default, aunque todos coincidieron en que no será tan trágico como en la cesación de pagos de 2002, en el marco de una crisis económica y social.
El miércoles vencerá el período de gracia que tenía Argentina para evitar entrar en default técnico, dado que no efectivizó el pago del vencimiento de intereses de la deuda a bonistas reestructurados que operó el 30 de junio, porque el juez Thomas Griesa ordenó devolver al país el dinero que el gobierno había depositado para ese fin en las cuentas que el Banco de Nueva York Mellon (BONY) tiene en el Banco Central.
Los dos encuentros mantenidos la semana pasada por el equipo encabezado por el secretario de Finanzas, Pablo López, con el abogado Daniel Pollack, designado por Griesa como mediador en el conflicto, fueron infructuosos, ya que el juez no repuso el stay (medida cautelar) para destrabar ese pago.
El plazo que reclama el gobierno permite el pago a bonistas regulares y evita el default técnico, al dejar sin efecto momentáneamente el fallo del juez que ordenó abonarle a los holdouts 1.330 millones de dólares en un solo pago y en efectivo.
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