Chocó un tren: hay al menos 50 muertos y más de 700 heridos

Ocurrió ayer por la mañana con un formación de la línea Sarmiento que salió de Moreno y chocó en la estación de Once contra el paragolpes del andén. Familiares de las víctimas buscan desesperadamente a unas 12 personas perdidas. Aún hay dudas sobre el motivo del accidente donde habría fallado el sistema de frenado. El maquinista continúa internado en terapia intensiva. Su testimonio será clave...




Un tren de la línea Sarmiento salió ayer de la estación de Moreno abarrotado de gente, como todas las mañanas. Dentro del caos a la hora de viajar, que ya se volvió cotidiano, las más de 1.300 personas que recorrían los 36 kilómetros hasta Once notaron que algo no estaba bien. “El maquinista avisó en Moreno había una falla mecánica. Después dijo que estaba todo bien”, contó Gustavo Guevara, que no llegó a subirse. “El tren se pasó en Floresta y tuvo que retroceder”, aseguró Elizabeth, una pasajera. A las 8.32, la formación se habría quedado sin frenos y chocó contra el andén 2 de Once. Murieron 50 personas -un menor-. Otras 703 resultaron heridas, de las cuales 50 tenían lesiones graves. Por el accidente, el tercero más grande de la historia del país, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner decretó dos días de duelo, al igual que el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri.

El tren de la empresa TBA impactó contra el parachoques a 20 kilómetros por hora, según afirmó el secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi. “Fue como un terremoto. Se me cayeron todos encima”, relató una viajera. “Sentí una explosión”, explicó Cristian, quien también lo tomó en Floresta y denunció que la formación “tuvo que volver para que la gente pudiera subirse”. Concepción Ortiz dijo que lo mismo ocurrió en Caballito. El choque fue especialmente violento en los primeros dos vagones. Se montaron uno sobre el otro, con el agravante de que el segundo era para bicicletas y que, al no tener asientos, estaba repleto. “Quedamos atrapados en el furgón. Fue desesperante”, aseguró un joven.

Los gritos de cientos de personas ensangrentadas, golpeadas y asustadas invadieron la estación de Once. Muchos pudieron salir por sus propios medios, a través de las ventanas. “Venía parada en el furgón, que estaba muy lleno. Me quedó un pie trabado entre la gente. Salí como pude, descalza, por la ventana”, dijo María Laura, que subió en Merlo. Otros, más de 60, tuvieron que ser rescatados de entre los fierros retorcidos de los primeros vagones. Bomberos del Grupo Especial de Rescate y de seis cuarteles trabajaron en un angustiante operativo.

Pero a las 11.45 el clima cambió. Con casi todos los heridos en ambulancias del SAME camino a los hospitales Ramos Mejía, Santojanni, Durand, Rivadavia, Fernández, Piñero, Argerich, Zubizarreta, Tornú, Vélez Sarsfield, Alvarez, Penna y Pirovano, se pasó de la desesperación al horror. En silencio, oficiales de la Federal comenzaron a sacar los cadáveres de las víctimas, envueltos en bolsas negras, por la parte trasera de la estación. Aún hay familiares que buscan a los suyos en diferentes hospital y en la morgue. Por ahora hay unas 12 personas que no aparecen.

La investigación quedó a cargo del juez federal Claudio Bonadío, quien ordenó allanamientos en las estaciones de Castelar y Haedo.

El maquinista Antonio Córdoba, de 28 años, estaba al frente del tren que chocó al llegar a Once. Córdoba, que se subió en Castelar, está internado en terapia intensiva de la Clínica Fitz Roy, de Palermo. El ministro de Salud porteño, Jorge Lemus, aseguró que está grave. Como quedó atrapado en la formación tuvo que ser rescatado por personal de la Federal y Bomberos, que trabajó durante más de dos horas para sacarlo de entre los hierros retorcidos del coche motor. Su testimonio será clave...



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