Mientras los portavoces de los idiomas de los 8.000 peregrinos presentes en la audiencia general le presentaban las condolencias de los fieles la tragedia que ha sufrido, Francisco en su discurso de esta mañaba durante la catequésis dedicada a su reciente viaje apostólico en Corea del Sur, del que regresó el lunes, agradeció "las oraciones y las condolencias por lo que ha ocurrido en mi familia".
"También el Papa tiene una familia y nosotros éramos cinco hermanos (tres ya fallecieron), tengo 16 sobrinos y uno de ellos ha tenido un accidente automovilístico: han muerto su mujer, los dos hijos pequeños de dos años uno y de ocho meses el otro. Mi sobrino se encuentra en estado crítico. Les agradezco tanto, tanto, las condolencias y las oraciones".
Sus colaboradores refirieron que Jorge Bergoglio atraviesa una gran congoja por la muerte de su sobrina política y sus dos sobrinos nietos, que llevaban su apellido, y el muy grave estado del hijo de su hermano Alberto, ya fallecido hace años.
La audiencia de esta mañana en la enorme sala del arquitecto Nervi estaba poblada de argentinos que le demostraban un gran afecto.Francisco dedicó la mayor parte de su discurso al viaje a Corea del Sur. Evocó la memoria de quien en el país asiático, con un diez por ciento de católicos en gran expansión "comprendió el sentido del Evangelio".
"En esta situación la Iglesia es custodia de la memoria y de la esperanza. Es una familia espiritual en la que los adultos trasmiten a los jóvenes la antorcha de la fe recibida de los anianos. La memoria de los testimonios del pasado deviene nuevo testimonio en el presente y esperanza en el futuro".
Francisco afirmó que Corea "es un país de notable y rápido desarrollo económico, poblada de personas que son grandes trabajadores, disciplinados, ordenados. Es también un pueblo de mártires, como los 124 beatificados hace unos días. Su testimonio ha dado a la iglesia una huella que el tiempo no cancela"
El Papa concluyó que "Cristo no anula las culturas. No suprime el camino de los pueblos que buscan a través de los siglos la verdad y practican el amor por Dios y el prójimo. Cristo lleva adelante lo que es bueno, lo hace cumplir. Lo que Cristo combate y derrota es el maligno, que siembra zizaña entre hombre y hombre, entre pueblo y pueblo. Que genera exclusión a causa de la idolatría del dinero y semina el veneno de la nada en el corazón de los jóvenes".
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