Con o sin cautelar, el 7D ya era un fracaso

Aunque cayera el recurso de amparo, resultaba improbable que los abogados de Clarín llegaran con el plan de adecuación hasta la AFSCA antes de que comience el sábado. Y una foto de Sabbatella agotando jarras de café hasta la medianoche no parecía ser el hecho político que el cristinismo pretendía para su fecha clave.



CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). El Gobierno Nacional generó tanta expectativa sobre lo que denominó el 7D que ese día, viernes 7/12, debía ocurrir algo que justificara tanto alboroto. Un hecho político, en síntesis. Sin embargo, eso no iba a pasar, aun antes de que la Cámara Civil y Comercial resolviera extenderle al Grupo Clarín la medida cautelar que la amparaba de la Ley de Medios, como ocurrió este jueves (6/12)
El 7D caducaba por disposición de la Corte Suprema de Justicia la medida cautelar original concedida al Grupo Clarín que lo eximía de cumplir con 2 artículos de la Ley de Medios. Uno de ellos, el 161, es el que lo obliga a desprenderse de las licencias de servicio de comunicación audiovisual excedentes, de acuerdo a la nueva legislación.
  
El Gobierno encontró en el fin de la cautelar una victoria sobre el Grupo Clarín y decidió convertir ese día, el 7D, en un hito histórico. El predominio de "la democracia" por sobre "las corporaciones", reza el discurso cristinista.
A través de los medios oficiales y otros se insistió en que el Grupo Clarín constituía "una cadena ilegal" de medios por encontrarse en infracción con la ley sancionada en 2009, y cuya aplicación plena se ha convertido en, prácticamente, la razón de ser del cristinismo.
La denominación '7D', por otra parte, pretendía contrarrestar el efecto causado por las manifestaciones del 13S, contrarias al Gobierno. Y hasta dispuso la organización de una “fiesta popular” con la excusa velada del fin de la cautelar, también con el fin de responderle al multitudinario #8N. ¿Festejarán aún?
Otro párrafo merece el tratamiento sobre la constitucionalidad de los artículos, aunque según trascendió, el juez Horacio Alfonso recién dictaría un fallo después de la feria judicial, es decir, a partir de marzo.
De haber caducado el recurso de amparo, Clarín debía presentar en el transcurso del 7/12 su plan de adecuación a la Ley de Medios. Incluso, el titular de la AFSCA, Martín Sabbatella, prometió que se quedará hasta "las 12 de la noche" en su oficina esperando "la carpeta" del holding que dirige Héctor Magnetto.
Pero aun antes de la resolución de la Cámara, parecía improbable que los abogados de Clarín llegaran con el papelerío hasta la sede de la calle Suipacha antes de que comience el sábado. Y una foto de Sabbatella agotando jarras de café hasta la medianoche no se anticipaba como el hecho político, el hito histórico, que el cristinismo pretendía para el 7D.
Por otro lado, el Gobierno llegaba muy desgastado a la fecha culminante. No logró imponer aMaría Lorena Gagliardi en el juzgado que entiende la causa por presunta inconstitucionalidad de ley; fueron rechazadas todas la recusaciones que procuró contra los camaristas del fuero Civil y Comercial; su temor por una eventual desaparición del 7D le hizo generar un conflicto inusitadocon la Justicia, que llega hasta la Suprema Corte (ver ‘Guerra abierta’ e 'Intentan generar...') y laaplicación selectiva de la Ley no hace otra cosa que confirmar la animosidad del Gobierno contra Clarín, lo que resulta una deslegitimación frente a la sociedad.
El caso más flagrante resultaría el de Telefe, en el que el AFSCA se niega rotundamente a reconocer lo que dice la ley: que una empresa de servicios públicos (Telefónica de España, controlante de la emisora, a través de Telefónica de Argentina, ofrece justamente ese servicio) posean medios de comunicación audiovisual. Hasta los especialistas que no tienen nada que ver con Clarín reconocen lo "endeble" de las explicaciones del organismo.
Este combo, sumado a la ausencia de que ocurra algo sustancial (Clarín no iba a presentar su plan), más allá del hecho administrativo del fin de la cautelar, algo que no partió del Gobierno sino de la Justicia, dejaba desprovisto al 7D de alguna característica particular en lo político, aunque la atención mediática iba a hacer foco en este día.
Tampoco parecía ser una fecha muy significativa el 10D, el 10/12, cuando Sabbatella pretendía presentarse en el edificio de Clarín a "sólo notificar el inicio de la transferencia de oficio de las licencias excedentes". Sabbatella fue muy enfático y varias veces repitió que ese día sólo se produciría dicha notificación.
Hay discusión sobre si los artículos son o no constitucionales. Se anticipa que recién comienza una feroz batalla judicial. Y aunque el resultado sea favorable al Gobierno, que deje Clarín desmembrado (más no sea entre sus principales accionistas), está claro que ese hecho excederá al 7D, una fecha que acaba de volar por los aires, aunque antes de eso ya carecía de absoluta relevancia.

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