Divorciados & gays: El Vaticano dice que hubo "un cambio antropológico"
El Vaticano ha constatado que existe un consenso en la Iglesia Católica Apostólica Romana para que los divorciados vueltos a casar puedan comulgar, siempre que lleven a cabo una reflexión sobre su situación a través de "itinerarios de reconciliación o un camino penitencial y si el obispo correspondiente así lo determina en último término". Así lo recoge 'Instrumentum Laboris', boceto que servirá de base para el debate de los padres sinodales durante la segunda sesión del Sínodo sobre la familia, que se celebrará a finales de año y que recoge las respuestas de diócesis de todo el mundo a preguntas remitidas por el papa Francisco sobre la familia.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). El 'Instrumentum Laboris' es una síntesis de las respuestas que Conferencias Episcopales de todo el mundo, organizaciones católicas laicas y otras instituciones eclesiales han brindado al segundo cuestionario enviado por el Vaticano en diciembre para preparar la próxima fase de la Asamblea Sinodal de la Familia que tendrá lugar del 04/10 al 25/10 bajo el título 'La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y el mundo moderno'.
Clave del texto: no se puede olvidar que la celebración del Sínodo se sitúa en sintonía con el 'Jubileo Extraordinario de la Misericordia', que comenzará el 08/12.
El documento, articulado en 3 partes que muestran la continuidad entre las 2 Asambleas sobre la familia, está firmado por el secretario general del Sínodo de Obispos, cardenal Lorenzo Baldisseri.
> La parte I, 'La escucha a los desafíos sobre la familia'.
> La parte II, 'El discernimiento de la vocación familiar'.
> La parte III, 'La misión de la familia hoy'.
El documento plantea la vigencia de un "común acuerdo" entre los católicos para que los divorciados vueltos a casar recorran un "camino penitencial" -entendido como el acompañamiento por parte de un sacerdote que explicará a esas personas las consecuencias del divorcio y que les hará reflexionar sobre su estado- para poder acceder al sacramento de la Eucaristía, aunque la última palabra la tendrá el obispo.
Así lo expone el documento, que precisa que este término se aplicaría "bajo la autoridad del obispo, para los fieles divorciados vueltos a casar por lo civil, que se encuentran en una situación de convivencia irreversible".
El 'Intrumentum Laboris' presenta todos los párrafos de la 'Relatio Synodi' de 2014, ampliados gracias a las contribuciones de las Conferencias Episcopales, de las familias, de las universidades y las instituciones académicas.
Sobre la atención pastoral a los homosexuales, los católicos proponen que haya un proyecto pastoral que extienda "una específica atención al acompañamiento de las familias en las que en las que vivan personas con tendencia homosexual y también sobre estas personas". Asimismo, se subraya que toda persona independientemente de su orientación sexual debe ser "respetada en su dignidad y acogida con sensibilidad y delicadeza, ya sea en la Iglesia como en la sociedad".
Respecto a los fracasos matrimoniales, se señala que "tras la toma de conciencia de las propias responsabilidades" existe la necesidad de renovar "la confianza y la esperanza" y proclama que la Iglesia debe "pedir a los cónyuges separados y divorciados que se traten con respeto y misericordia, sobre todo por el bien de los hijos, para no procurarles ulteriores sufrimientos. Algunos piden que la Iglesia demuestre también una análoga actitud ante los que han roto la unión", se explica.
Sobre los matrimonios mixtos con disparidad de culto entre sus miembros, el documento expone la necesidad de crear un "código de buena conducta para que ningún cónyuge sea un obstáculo al camino de fe del otro". Otros consideran que los matrimonios mixtos sean considerados casos "de grave necesidad en los que sea posible que bautizados fuera de la plena comunión en la Iglesia, que compartan la fe sobre la Eucaristía, sean admitidos en la recepción de tal sacramento".
En el apartado en el que se recogen las opiniones sobre familia, reproducción y educación se afirma que es necesario continuar divulgando documentos del Magisterio de la Iglesia "que promueven la cultura de la vida ante la difusión de la cultura de la muerte".
Así, se propone que la pastoral familiar involucre a "especialistas católicos en materia biomédica en los cursos de preparación al matrimonio y en el acompañamiento de los cónyuges". Además, se hace un llamamiento a que los políticos católicos promuevan "iniciativas legislativas adecuadas y responsables en relación a la promoción y defensa de la vida".
Respecto al "drama aborto", los católicos subrayan el carácter "sagrado e inviolable" de la vida humana y se promueve las iniciativas para ayudar a las madres. "Gracias a sus instituciones se ofrece ayudas a las embarazadas, a las madres jóvenes, asiste a los niños abandonados y acompaña a las que han sufrido abortos", dice el documento.
Además, se insta a los que trabajan en el campo sanitario "la obligación moral de la objeción de conciencia". Además, se advierte de la "invasiva presencia de los medios de comunicación en el interior de la esfera familiar, así como de la delegación a otros sujetos de este deber".
Los católicos reconocen un "cambio antropológico" en la sociedad de hoy que se refleja en la minoría que suponen las personas que viven conforme a las enseñanzas de la Iglesia Católica Apostólica Romana, en la disminución de matrimonios religiosos y en el aumento de divorcios.
Se señala, además, que en la familia inciden contradicciones culturales y sociales como una "cierta visión del feminismo que ve la maternidad como un pretexto para la esclavitud de la mujer o un obstáculo para su plena realización personal" o la "creciente tendencia a concebir la concepción de un hijo como un instrumento para realización personal que debe obtenerse con cualquier medio".
Así se advierte de la tendencia a reconocer "a una pareja instituida independiente de la diferencia sexual la misma titularidad de la relación matrimonial intrínsecamente ligada al papel materno y paterno".
Observaciones
No hay que anular la diferencia sexual. Con respecto al primer punto, se sacan a la luz las «contradicciones culturales» de nuestra época en la cual se dice que «la identidad personal y la intimidad afectiva deben afirmarse en una dimensión radicalmente desvinculada de la diversidad biológica entre varón y mujer» o en la cual se quiere reconocer la «titularidad matrimonial» a parejas instituidas independientemente de la diversidad sexual. De aquí, el llamado a una «mejor profundización humana y cultural, no sólo biológica, de la diferencia entre los sexos» porque su anulación «es el problema, no la solución».
La familia es el pilar fundamental de la sociedad. El Intrumentum Laboris señala las «contradicciones sociales» que llevan a la disolución de la familia: guerra, migraciones, pobreza, usura, cultura del descarte, coyuntura económica «desfavorable y ambigua», mientras las instituciones son incapaces de sostener a los núcleos familiares. Las familias, en cambio, «pilares fundamentales e irrenunciables del vivir social», necesitan de «políticas adecuadas» que tengan en cuenta su «acción compensativa» en relación al bienestar.
Dignidad para los ancianos y personas diversamente hábiles; una pastoral específica para familias migrantes. Por esto, el Instrumentum Laboris resalta la importancia de la familia como instrumento de inclusión, sobre todo de categorías frágiles como los viudos, los ancianos, los discapacitados que deben ser acompañados para hacer frente a «las formas despiadadas de estigma y prejuicio». Se espera una pastoral específica para las familias en migración porque, sobre todo, donde no hay «auténtica acogida y respeto de los derechos de todos», se pueden alimentar «fenómenos de fundamentalismo». Y el drama crece cuando la migración es ilegal, sostenida por «circuitos internacionales de la trata de seres humanos». El Instrumentum Laboris se detiene además en el papel de las mujeres y recuerda que en los países en vías de desarrollo, a la explotación y a la violencia se agregan el aborto y esterilizaciones forzadas, entre otros fenómenos, pero espera también una “mayor valorización en la Iglesia”.
El Sacramento del matrimonio es indisoluble. La segunda parte reafirma la indisolubilidad del matrimonio sacramental y, al mismo tiempo, recuerda que la Iglesia debe ‘acompañar’ los momentos de sufrimiento conyugal, con una óptica de misericordia, que no le quita nada a la verdad de la fe. Todos tienen necesidad de dar y de recibir misericordia, se lee luego en la tercera parte, y algunos piden que también la Iglesia demuestre una actitud análoga hacia los que han roto la unión. El Instrumentum recuerda también un punto clave de la Relatio Synodi, es decir, el de los casos de nulidad matrimonial. En lo que se refiere a la gratuidad de los procedimientos de reconocimiento de la misma nulidad, se registra un amplio consenso. Sobre la doble sentencia conforme, hay amplia convergencia sobre su superación, al tiempo que no recibe un consenso unánime la idea de un procedimiento administrativo, bajo la responsabilidad de un Obispo diocesano.
Repensar las formas se exclusión litúrgico-pastorales de los divorciados vueltos a casar. En lo que se refiere, en particular, a los divorciados vueltos a casar se desea una reflexión sobre la oportunidad de dejar caer las formas de exclusión, que se practican en la actualidad, en ámbito litúrgico-pastoral, educativo y caritativo, porque estos fieles no están fuera de la Iglesia. Sin embargo, se señala que los caminos de integración pastoral deben estar precedidos por un discernimiento oportuno y se deben realizar según una ley de gradualidad, en el respeto de la maduración de las conciencias. Sobre el acceder a la Eucaristía para los divorciados vueltos a casar, el Instrumentum evidencia común acuerdo sobre la hipótesis de un camino penitencial, bajo la responsabilidad de un Obispo. Quedando firme la posición de la Iglesia, contraria al matrimonio entre personas con tendencias homosexuales, se reitera que toda persona, independientemente de su tendencia sexual debe ser respetada en su dignidad y acogida con respeto y delicadeza, en la Iglesia y en la sociedad. Por lo que se desean proyectos pastorales específicos para personas homosexuales y sus familias.
La educación de los hijos se base sobre diferencia sexual. Invitando a valorizar la importancia de la adopción y de la custodia, el documento afirma que la educación de un hijo se debe basar en la diferencia sexual, así como la procreación, porque también ésta se fundamenta en el amor conyugal entre hombre y mujer. El documento culmina recordando el Jubileo extraordinario de la Misericordia, que dará comienzo el 8 de diciembre de 2015, a la luz del cual se coloca el próximo Sínodo. La Asamblea episcopal será del 4 al 25 de octubre, sobe el tema «La vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo».
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