La devaluación y el pago a Repsol pulverizaron el relato del "desendeudamiento"
Varias veces explicamos en Urgente24 la ficción del desendeudamiento de los Kirchner. Pero nunca los datos fueron tan evidentes como ahora después de la devaluación del 18% de enero pasado y lo que se le deberá pagar a Repsol por la expropiación de sus acciones en YPF. "Sin contar nueva deuda por YPF, la devaluación estaría aportando poco más de dos puntos del PBI”, estiman las consultoras.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24).- Con Néstor Kirchner empezó a cultivarse el relato del desendeudamiento argentino cuando se le pagó anticipadamente al Fondo Monetario Internacional la deuda que en verdad el organismo estaba reclamando que le abonara, al igual que hizo con otros países como Brasil y Turquía. Luego con la reestructuración de deuda de 2005 y los pagos de bonos (incluso los lanzados por el propio Néstor) el cristinismo perpetuó la idea de un país que había reducido el peso de la deuda.
Ya explicamos en Urgente24 que el desendeudamiento es una falsa consigna, nacida de la impotencia de poder endeudarse. La soberbia de los Kirchner ha perjudicado, además, a muchas empresas argentinas que no han podido acceder al mercado de capitales global.
El 25 de enero pasado decíamos que en el año 2001 la Deuda Pública Nacional Bruta sumaba US$ 144.222 millones (53,7% del PBI). A julio de 2013, el valor nominal de la deuda alcanzó los US$ 196.143 millones, que si bien implican una caída nominal en dólares, se debe únicamente a la aceleración devaluatoria, es decir a que la deuda nominada en pesos se incrementó menos que el tipo de cambio oficial. La deuda total representa un 43.6% del PBI, que sin el ANSES y el BCRA asciende al 18%. A su vez, la deuda con residentes extranjeros, tanto del sector privado, gobiernos y organismos internacionales, asciende a US$ 58.900 millones, es decir al 13% del PBI, el 154% del las reservas internacionales y el 71% de las exportaciones de los últimos 12 meses (comprendidas entre junio 2013 y julio 2012).
Un informe de Empiria Consultores, citado este 21/03 por el diario El Cronista detalla que “la deuda aumentará en algo más de US$6.000 millones por el acuerdo con YPF, y esto junto al menor PBI está haciendo pasar el ratio de deuda sobre PBI desde el 46,2% al 64,7%".
Las estimaciones de la consultora son las de máxima, ya que parten de un cálculo de PBI bajo (unos u$s 450.000 millones en el segundo trimestre del año pasado y en torno a u$s 285.000 millones tras la devaluación), e incluyen varios conceptos de deuda que el propio Gobierno no suele incluir, como deuda en default o endeudamiento intra sector público.
"Estamos muy lejos de tener una cifra difícil de manejar, pero lo interesante de ver estos números tiene que ver con el relato. el desendeudamiento venía agotándose hace rato, continuaba porque no se actualizaba el tipo de cambio", dijo Francisco Gismondi de Empiria.
Si se separa la deuda en manos de privados y organismos multilaterales, el ratio deuda respecto de PBI pasaría del 17,9% al 30,1%.
Con números calculados en febrero último, el economista Federico Muñoz llegó a un guarismo algo menor. En base a estimaciones de PBI más altas, el ratio llega en su caso a poco más del 50%. Muñoz también incluye en sus cálculos deuda en default por US$11.000 millones, el acuerdo con Repsol, eventuales pagos en el Ciadi y hasta juicios contra la ANSeS por US$14.000 millones. Todo ello le permite hablar de "un pasivo que sin ser excesivo, ya dista de ser despreciable".
Ramiro Castiñeira de Econométrica se mostró más reacio a incluir pasivos no reconocidos o, incluso, a calcular en igualdad de condiciones la deuda con acreedores privados y a la que se sostiene con el propio sector público, por ejemplo con la ANSeS.
"Sin contar nueva deuda por YPF, la devaluación estaría aportando poco más de dos puntos del PBI”, dijo Castiñeira. “Pero es cierto que con la devaluación lo que terminás teniendo es un sinceramiento del valor de esa deuda", agregó.
"Llegamos a un nivel de desendeudamiento que no es necesario profundizar, porque no compromete el crecimiento económico, que es lo importante. A mi en todo caso lo que me asusta de acá en adelante no es como crece ese ratio, sino el hecho de que los políticos argentinos han salido a tomar deuda para barrer problemas debajo de la alfombra, en lugar de hacerlo para sostener procesos de crecimiento o inversión", concluyó.
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