La llegada de Francisco a Río
Minutos antes de las 16 horas, el papa Francisco aterrizó en el aeropuerto de Río de Janeirodonde fue recibido por la jefa de Estado, Dilma Rousseff y todo el gabinete brasileño.
El Papa argentino llegó al país con mayor cantidad de católicos del mundo para presidir la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que se realizará del 23 al 28 de julio.
Por su parte, Cristina Fernández de Kirchner ya había confirmado que no recibiría al Sumo Pontífice pero anticipó que llegará a Brasil para el cierre de la jornada, el sábado por la noche.
Desde el aeropuerto, el primer Pontífice latinamericano se trasladó a la Catedral metropolitana en un auto común y con las ventanas bajas. En distintos momentos, los fieles se avalanzaron sobre el vehículo y forzaron a los guardias a tener que poner distancia.
Después, Francisco recorió las calles de Río con un papamóvil sin puertas y saludó a la multitud que se acercó a recibirlo.
Agenda agitada. La llegada de Jorge Mario Bergoglio a Brasil se da en un momento delicado para el país carioca, justo cuando viene de afrontar una fuerte ola de protestas sociales contra la corrupción y los servicios públicos.
Según el censo de 2010, un 64,6% de los brasileños son católicos, contra 91,8% en 1970. Hoy, solo 44,2% de los jóvenes se declara católico, consigna un sondeo realizado el lunes pasado a nivel nacional.
En ese contexto, el Papa se reune hoy con Dilma Rousseff en el palacio Guanabara, sede de la gobernación del estado de Rio de Janeiro, frente al cual el grupo Anonymous Rio convocó a través de las redes sociales a un acto contra los 53 millones de dólares que cuestan a los contribuyentes brasileños su visita y la JMJ.
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