Moyano aflojó pero él ya es un lastre para Cristina
Hugo Moyano montó un show acerca de su situación judicial, regresando a un escenario previo al 28/10/2010, y eso puede ser muy grave para él. Nadie puede olvidar, en el Frente para la Victoria, que el acto en River Plate, al que asistieron Néstor y Cristina, hubo una advertencia sobre las consecuencias de algún inconveniente judicial. Ahora levantó el paro pero el propósito era similar.
18/03/2011 | 20:51
por EDGAR MAINHARD
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Cristina Fernández necesita recuperar a una porción de la clase media para ganar los comicios de 2011 y, durante las semanas recientes, intentó exhibirse seductora, aprovechando la mejora en su imagen política que le provocó la viudez. Sin algo de clase media no se reúne la masa crítica necesaria para el triunfo.
Pero Hugo Moyano le expulsa a la clase media. Y acaba de volver a hacerlo: su extorsión de paro y movilización si no le resuelven los problemas judiciales que puedan presentarse, resultó inadmisible. Su afirmación de que él quiere más poder político porque ya no le basta con el económico, espanta a la clase media que Cristina quiere recuperar.
Al levantarse el paro, Cristina acotó las pérdidas, pero no las evitó. Mucho tendrá que esforzarse ella para explicar a los ciudadanos que necesita capturar que es ella y no Moyano quien tiene el poder, luego de la notable demostración de poder burocrático que realizó el líder camionero acumulando sindicatos que se solidarizaban con sus penurias.
Sin embargo, es una apreciación errada: el poder lo tiene Cristina y por eso no hay paro y movilización de Moyano. Julio De Vido no solamente transmitió la devolución del exhorto sino también el disgusto de la Presidente y el mensaje de que el paro era casi la guerra.
En verdad, el paro era un exabrupto, que además -y varios colegas de Moyano se lo deslizaron a sus colaboradores más cercanos-, lo aislaba en términos políticos. Ya bastante desgracia tiene el camionero con el silencio del Partido Justicialista bonaerense, que él preside pero no se solidarizó con él.
Cristina tendrá que luchar, además, con "la Gran Momo" que hizo Moyano, en referencia a Gerónimo Venegas: sindicalista con alguna cuestión que resolver en el ámbito judicial, amenaza con movilización, paro, escrache...
Resultó tragicómico escuchar al diputado nacional Héctor Recalde reivindicar a la justicia argentina independiente y la soberanía nacional cuando en ese evento estaban presionando con un paro para forzar a un fiscal, a un juez y a un gobierno completo para hicieran del problema personal de Moyano una cuestión de Estado ante Suiza.
En cuanto a los medios de comunicación, es en extremo preocupante el país que pretende Moyano y que se parece al que imaginan muchos de los integrantes del Frente para la Victoria: ambicionan una sociedad donde no existan las críticas ni el debate.
Pero tener o un cargo público o mucho dinero o una responsabilidad social y/o política no supone esquivar la obligación de brindar información ni la posibilidad de que un periodista pueda opinar acerca de esa persona o su desempeño.
Para Moyano todo es culpa de Grupo Clarín, con quien mantiene un diferendo originado en el negocio de la distribución de diarios y revistas; y de Daniel Hadad, con quien mantenía un diferendo originado en la disputa por el control del predio del Club Comunicaciones.
Moyano habla de militancia pero su realidad es de intereses comerciales.
Luego, Moyano es uno de los personajes más poderosos del país y, por lo tanto, el periodismo tiene la obligación de investigarlo, de ponerlo a prueba, de condicionarlo, porque de eso se trata el periodismo. Y si Moyano no lo entiende, es un problema de Moyano.
Moyano dirige la Secretaría de Transporte, tiene influencia en el área de la salud pública y en la administración del subsidio estatal que reciben las obras sociales. Entonces, Moyano no puede ampararse en que a él se lo investiga porque es un trabajador.
En 1er. lugar, hace mucho tiempo que Moyano no es un trabajador como sí lo son los afiliados del Sindicato de Choferes de Camiones.
En 2do. lugar, Moyano tiene privilegios como dirigente, y por eso debe aprender a soportar al periodismo, y ser menos vulgar en su concepción de la información.
No se trata de ser menos grasa, tarea imposible pero también innecesaria, sino de reducir la prepotencia y aumentar la transparencia.
Pero volvamos al comienzo: Néstor Kirchner y Cristina Fernández conocieron de las presiones de Moyano, que en 2011 son más fuertes gracias al poder que el ex matrimonio le concedió desde 2003, a cambio del apoyo recibido.
Aquel acto en River Plate, en octubre de 2010, lo organizó, según el relato de muchos periodistas, para explicarle a Néstor y Cristina que la cuestión de las irregularidades en la administración de los medicamentos oncológicos no podía pasar por Camioneros.
O sea que, muy probablemente, el paro y movilización de Moyano no solamente era por los suizos sino también por los sucesos argentinos, que no han concluido; y la posible negociación tenga más que ver con lo doméstico que con lo externo.
Sin embargo, Moyano luce flancos muy frágiles. Tener que admitir públicamente aquella detención por cocaína, por la que culpó a Carlos Menem y a Eduardo Duhalde, fue una demostración de debilidad. Moyano siempre apeló a la desmemoria colectiva.
Moyano presionando a Cristina, quien necesita a la clase media, es una oportunidad para los opositores a Cristina: ellos tienen una oportunidad inmejorable pero todavía no la han aprovechado. Algunos comienzan a preguntarse si realmente quieren ganarle a la viuda de Néstor.
18/03/2011 | 20:51
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Cristina Fernández necesita recuperar a una porción de la clase media para ganar los comicios de 2011 y, durante las semanas recientes, intentó exhibirse seductora, aprovechando la mejora en su imagen política que le provocó la viudez. Sin algo de clase media no se reúne la masa crítica necesaria para el triunfo.
Pero Hugo Moyano le expulsa a la clase media. Y acaba de volver a hacerlo: su extorsión de paro y movilización si no le resuelven los problemas judiciales que puedan presentarse, resultó inadmisible. Su afirmación de que él quiere más poder político porque ya no le basta con el económico, espanta a la clase media que Cristina quiere recuperar.
Al levantarse el paro, Cristina acotó las pérdidas, pero no las evitó. Mucho tendrá que esforzarse ella para explicar a los ciudadanos que necesita capturar que es ella y no Moyano quien tiene el poder, luego de la notable demostración de poder burocrático que realizó el líder camionero acumulando sindicatos que se solidarizaban con sus penurias.
Sin embargo, es una apreciación errada: el poder lo tiene Cristina y por eso no hay paro y movilización de Moyano. Julio De Vido no solamente transmitió la devolución del exhorto sino también el disgusto de la Presidente y el mensaje de que el paro era casi la guerra.
En verdad, el paro era un exabrupto, que además -y varios colegas de Moyano se lo deslizaron a sus colaboradores más cercanos-, lo aislaba en términos políticos. Ya bastante desgracia tiene el camionero con el silencio del Partido Justicialista bonaerense, que él preside pero no se solidarizó con él.
Cristina tendrá que luchar, además, con "la Gran Momo" que hizo Moyano, en referencia a Gerónimo Venegas: sindicalista con alguna cuestión que resolver en el ámbito judicial, amenaza con movilización, paro, escrache...
Resultó tragicómico escuchar al diputado nacional Héctor Recalde reivindicar a la justicia argentina independiente y la soberanía nacional cuando en ese evento estaban presionando con un paro para forzar a un fiscal, a un juez y a un gobierno completo para hicieran del problema personal de Moyano una cuestión de Estado ante Suiza.
En cuanto a los medios de comunicación, es en extremo preocupante el país que pretende Moyano y que se parece al que imaginan muchos de los integrantes del Frente para la Victoria: ambicionan una sociedad donde no existan las críticas ni el debate.
Pero tener o un cargo público o mucho dinero o una responsabilidad social y/o política no supone esquivar la obligación de brindar información ni la posibilidad de que un periodista pueda opinar acerca de esa persona o su desempeño.
Para Moyano todo es culpa de Grupo Clarín, con quien mantiene un diferendo originado en el negocio de la distribución de diarios y revistas; y de Daniel Hadad, con quien mantenía un diferendo originado en la disputa por el control del predio del Club Comunicaciones.
Moyano habla de militancia pero su realidad es de intereses comerciales.
Luego, Moyano es uno de los personajes más poderosos del país y, por lo tanto, el periodismo tiene la obligación de investigarlo, de ponerlo a prueba, de condicionarlo, porque de eso se trata el periodismo. Y si Moyano no lo entiende, es un problema de Moyano.
Moyano dirige la Secretaría de Transporte, tiene influencia en el área de la salud pública y en la administración del subsidio estatal que reciben las obras sociales. Entonces, Moyano no puede ampararse en que a él se lo investiga porque es un trabajador.
En 1er. lugar, hace mucho tiempo que Moyano no es un trabajador como sí lo son los afiliados del Sindicato de Choferes de Camiones.
En 2do. lugar, Moyano tiene privilegios como dirigente, y por eso debe aprender a soportar al periodismo, y ser menos vulgar en su concepción de la información.
No se trata de ser menos grasa, tarea imposible pero también innecesaria, sino de reducir la prepotencia y aumentar la transparencia.
Pero volvamos al comienzo: Néstor Kirchner y Cristina Fernández conocieron de las presiones de Moyano, que en 2011 son más fuertes gracias al poder que el ex matrimonio le concedió desde 2003, a cambio del apoyo recibido.
Aquel acto en River Plate, en octubre de 2010, lo organizó, según el relato de muchos periodistas, para explicarle a Néstor y Cristina que la cuestión de las irregularidades en la administración de los medicamentos oncológicos no podía pasar por Camioneros.
O sea que, muy probablemente, el paro y movilización de Moyano no solamente era por los suizos sino también por los sucesos argentinos, que no han concluido; y la posible negociación tenga más que ver con lo doméstico que con lo externo.
Sin embargo, Moyano luce flancos muy frágiles. Tener que admitir públicamente aquella detención por cocaína, por la que culpó a Carlos Menem y a Eduardo Duhalde, fue una demostración de debilidad. Moyano siempre apeló a la desmemoria colectiva.
Moyano presionando a Cristina, quien necesita a la clase media, es una oportunidad para los opositores a Cristina: ellos tienen una oportunidad inmejorable pero todavía no la han aprovechado. Algunos comienzan a preguntarse si realmente quieren ganarle a la viuda de Néstor.
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