Mexicanización: Obispos mexicanos preocupados por la corrupción (y las amapolas)

La Iglesia Católica ha comenzado a moverse activamente por la grave situación que atraviesa México en su lucha contra los cárteles de droga. Obispos mexicanos conversaron con el papa Francisco y como resultado, el Sumo Pontífice hizo sus declaraciones sobre la "mexicanización" de la Argentina que generó tanto revuelo. La corrupción es, sin dudas, uno de los flagelos que permiten que el narcotráfico florezca y se extienda por la región.


CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) - El Gobierno de México expresó su tristeza y preocupación ante una carta privada del papa Francisco, que se hizo pública, en la cual manifiesta una postura sobre el tema del narcotráfico.
 
El canciller de México, José Antonio Meade, detalló que se ha reunido con el nuncio apostólico de esa nación, Christopher Pierre, para manifestarle la "tristeza y preocupación de su país respecto al comunicado del Sumo Pontífice". 
 
El legislador argentino Gustavo Vera, director de una fundación que lucha contra el tráfico de drogas, difundió una carta remitida por el Papa. 
 
"Ojalá estemos a tiempo de evitar la mexicanización. Estuve hablando con algunos obispos mexicanos y la cosa es de terror (...)", señala el Papa, según en documento difundido en la víspera. 
 
Meade también informó a Pierre que su portafolio enviará una nota diplomática a la Santa Sede.
 
Remarcó que México ha hecho enormes esfuerzos para enfrentar al narcotráfico, por lo cual no debe ser estigmatizado. 
 
"Se deberían buscar mejores enfoques, mejores espacios de dialogo para reflexionar sobre este tema",señaló en conferencia de prensa. 
 
En diciembre pasado, la Iglesia Católica en México hizo un llamado a las autoridades para detener la violencia del crimen organizado, que últimamente ha venido afectando gravemente a sus sacerdotes.
 
En una charla con integrantes de la prensa en enero pasado, el Papa dijo que este año tiene previsto hacer una visita a USA y México.
 
Mientras tanto, en una nueva ofensiva para acabar con los principales grupos criminales que operan en su territorio, la administración de Enrique Peña Nieto comenzó a ofrecer recompensas por datos que lleven a la captura de los ocho traficantes de droga más peligrosos del país
 
El Top 8 de narcos mexicanos confeccionado por las fuerzas de seguridad mexicanas es encabezado porIsmael "El Mayo" Zambada, quien se convirtió en el rostro visible del Cartel de Sinaloa cuando el 22/02/2014 un grupo de agentes de la Marina detuvo a su socio Joaquín "El Chapo" Guzmán, quien en ese momento era el criminal más buscado del planeta.
 
La Procuraduría ofrece una gratificación de 30 millones de pesos mexicanos (el equivalente a poco más de US$2 millones) a quien aporte información sobre el paradero de Zambada. Mientras que USA promete US$5 millones por el mismo motivo.
 
Boom de la amapola 
 
En tanto, para ayudar a comprender lo que ocurre en México, vaya un ejemplo: en el “Anuario Estadístico de la Producción Agrícola“, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), de México, incluye una lista con los 210 principales productos cultivados en el campo mexicano, seleccionando aquellos cuya siembra es predominante en el territorio nacional. 
 
En esta lista, el “maíz grano” ocupa el primer lugar, con 7.4 millones de hectáreas sembradas en todo el país, y el último sitio es para la flor gruesa de anturios, cuyo cultivo abarca apenas mil 600 metros cuadrados de toda la República.
 
Esta lista, sin embargo, no incluye el cultivo de otra flor que, por su extensión y valor económico, cumple con los requisitos para ser considerada entre uno los principales productos agrícolas del país: la amapola, enervante ilegal del que se derivan la heroína y el opio.
 
Según el informe de localización y destrucción de plantíos de enervantes, de la Secretaría de la Defensa Nacional, en 2014 los cultivos de amapola alcanzaron una extensión de, por lo menos, 21.425 hectáreas del territorio mexicano, superando así el área ocupada para la siembra de otros productos que, incluso, forman parte de la canasta básica alimenticia, como el melón, la fresa y el betabel; vegetales como la espinaca y la acelga; hortalizas como el apio y la zanahoria; o leguminosas como ejote y lenteja; por citar sólo algunos.
 
De ser considerada en esta lista de Sagarpa, la amapola ocuparía, gracias a sus 21.425 hectáreas de cultivo, el lugar 30 entre los 210 principales productos agrícolas mexicanos, justo debajo de la calabacita.
 
Durante el año pasado, de hecho, el área de siembra de la amapola fue 7% mayor que la empleada para el cultivo de melón; 14% mayor que la superficie sembrada con lechuga; 35% mayor que la del pepino; 52% mayor que la de haba verde; 57% mayor que la de chícharo; 64% mayor que la de zanaoria; y 130% mayor que la de ejote; y es, también, 190% más grande que el área total destinada a la siembra de tabaco en México, siempre con base en el Anuario de Sagarpa.
 
Según el Reporte Mundial sobre Drogas 2014, elaborado por la Organización de las Naciones Unidas, en todo el planeta se sembraron al menos 296 mil 720 hectáreas con amapola durante el año anterior, por lo que los sembradíos detectados en México equivalen a 7% de la producción global de este enervante.
 
Además de las 21.425 hectáreas sembradas con amapola detectadas –y erradicadas– por el Ejército mexicano, este organismo público informó que durante 2014 fueron decomisados 259 kilos de heroína ya procesada (42% más que el año previo), así como 1.250 kilos de opio.
 
Aunque los sembradíos de amapola detectados y erradicados por el Ejército no representan, en realidad, el total de hectáreas de tierra cultivadas en México –ya que, obviamente, no incluye los sembradíos no detectados–, éste es el único indicador oficial acerca de producción de drogas ilícitas en el país.
 
Para contar con una perspectiva real del área cultivada con éste y otros enervantes, como la marihuana, en mayo de 2012, las autoridades federales y la Organización de las Naciones Unidas pusieron en marcha un “Sistema de monitoreo de cultivos ilícitos en el territorio mexicano“, basado en lecturas satelitales, cuyos resultados, sin embargo, no han sido presentados públicamente.
 
La visita
 
Las declaraciones de Francisco pueden entenderse en el contexto de una reciente visita que realizaron los Obispos mexicanos al Sumo Pontífice en el Vaticano. El Cardenal mexicano, José Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Guadalajara y Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) fue el encargado de transmitir a Francisco las preocupaciones de los prelados de México.
 
Afirmando que el pueblo de México, juntamente con sus  autoridades civiles, busca darse las estructuras adecuadas para un desarrollo justo y sustentable para todos, reconoció la “extendida y endémica pobreza en un gran sector de la población, con todo lo que esto conlleva: ignorancia, enfermedades, abandono del campo y emigración a la ciudad y al vecino país del norte”.
 
Describió el sufrimiento de muchos migrantes, que frecuentemente son víctimas de atracos, extorción, violaciones y muerte. También se refirió a la presencia y actividad del narcotráfico, “que ha causado profunda división, muchas muertes, daños a la salud física de la juventud y a la salud moral de las familias; y que ha sido causa, además, de la ruptura del tejido social”.
 
Corrupción y narco
 
En un duro comunicado el Consejo Permanente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) ha condenado la corrupción que campea en todos los niveles de la política y de la economía en México, previo a las campañas políticas que llevaran, el próximo mes de junio, a la celebración de las elecciones intermedias en el país.
 
“Como ciudadanos y como pastores, los obispos de México, al igual que muchos compatriotas, sentimos gran preocupación por el presente y por el futuro de nuestro País, que, entre otras cosas, se ve aquejado, desde hace muchos años, por el grave mal de la corrupción”, dicen los prelados mexicanos al iniciar el comunicado que ha tenido gran repercusión en medios nacionales.
 
Recordando la exhortación postsinodal “Iglesia en América”, los obispos mexicanos, encabezados por el presidente de la CEM, el cardenal de Guadalajara, monseñor José Francisco Robles Ortega, señalaron que la corrupción “favorece la impunidad y el enriquecimiento ilícito, la falta de confianza con respecto a las instituciones políticas, sobre todo en la administración de la justicia y en la inversión pública, no siempre clara, igual y eficaz para todos”.
 
En sintonía con el Papa Francisco, los obispos mexicanos subrayaron que “son siempre los pobres quienes pagan el precio de la corrupción de los políticos, de los empresarios y de los eclesiásticos que descuidan su deber pastoral”.
 
Desde hace cinco años, en el Mensaje “Que en Cristo Nuestra Paz México tenga vida digna”, los obispos mexicanos afirmaron que la corrupción es una forma de violencia que, “al inocularse en las estructuras de servicio público, se transforma en delincuencia organizada, ya que de manera descarada se impone «la mordida» como condición a los ciudadanos para recibir un beneficio o servicio gratuito”.
 
Para hacer frente a este gravísimo mal –opinaron los obispos de la Comisión Permanente de la CEM-- se requieren múltiples acciones conjuntas. Entre ellas, la reforma de leyes y la creación de instituciones que, de forma integral, coordinada y en tiempo real, prevengan, identifiquen, investiguen y modifiquen situaciones o condiciones que propicien la corrupción; sancionen oportunamente a los corruptos y hagan realidad el resarcimiento de los daños causados. 
 
Para los prelados mexicanos “es necesario que las posibles reformas constitucionales y legales susciten un Sistema Nacional Anticorrupción, conformado por organismos autónomos que, gozando de independencia, profesionalismo, confiabilidad, facultades y recursos, incluyan en su rango de acción a todos los órganos del Estado a nivel federal, estatal y municipal, sin olvidar a los poderes judiciales federal y locales, así como a los órganos constitucionales autónomos”.
 
También recomendaron que dentro de estas reformas no queden fuera las formas de impunidad relativas al  “fuero” del que gozan algunos servidores públicos y que podría hacer naufragar el sistema entero si es utilizado como “escudo” de impunidad. 
 
Además, los obispos de la CEM estuvieron de acuerdo en que se vuelva a plantear en el país la figura del“juicio político” tanto en sus sujetos como en los supuestos que lo pueden originar, ya que actualmente existe demasiada discrecionalidad y laxitud. 
 
“Es indispensable que el combate a la corrupción no sea usado con fines de persecución política o de revancha mediática. Cualquier acto de corrupción amerita por sí mismo todo el peso de la ley”,terminaron diciendo en su mensaje los obispos mexicanos.

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