Nisman y la crisis kirchnerista: La "gravedad institucional" que muestra la muerte

3 análisis de un momento sensible: "el más difícil del kirchnerismo"; "el contrato social está seriamente averiado" y ya "no bastan las disculpas": "la calidad institucional se ha ido degradando porque aún si se comprueba el suicidio la gente va a tener la sensación de que es mentira porque nos acostumbraron a que nos mienten siempre". "Ya se pasó una raya con el asesinato de Cabezas, y ahora otra vez...". Rosendo Fraga, Jorge Vanossi y Graciela Fernández Meijide, con impecables miradas:


CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) La "gravedad institucional" que encierra la muerte del fiscal Nisman fue foco de la entrevista que el diario 'El Tribuno'  realizó a Rosendo Fraga, politólogo y titular del Centro de Estudios Nueva Mayoría.
 
Allí opinó que "las movilizaciones de protesta que hubieron, evidenciaron claramente el malestar existente en la opinión pública con el hecho. La Presidenta como siempre redobla la apuesta y afirma públicamente que Nisman se suicidó, antes que la justicia lo resuelva. Pero la opinión pública en general piensa que no lo es y las protestas surgidas en numerosas ciudades del país reclamando el esclarecimiento, muestran que no resultará fácil imponer esta interpretación".
 
La exintegrante de la Alianza, ex legisladora y activista de Derechos Humanos, Graciela Fernández Meijide, dijo algo similar ayer tras pedir que "todo el arco político debe reclamar que las pruebas de (Alberto) Nisman no se entierren”: "la calidad institucional se ha ido degradando porque aún si se comprueba el suicidio la gente va a tener la sensación de que es mentira porque nos acostumbraron a que nos mienten siempre".
 
Y agregó que "cuando se asesinó a Cabezas tuvimos la sensación de que se había pasado una raya... Y ahora otra vez".
 
Jorge Vanossi, constitucionalista y ex Ministro de Justicia de la Nación, también exige más que disculpas en la nota que publicó en 'La Gaceta  y tituló: "El contrato social está seriamente averiado": 
 
 
"(...) No bastan las disculpas. En nuestro país existe un desgaste o una rotura del contrato social en virtud del cual se constituyen los Estados de la democracia constitucional. Si la Argentina quiere pertenecer al mundo, debe cumplir ese pacto. Tanto en la concepción religiosa como en la laica, los ciudadanos conservan sus derechos y garantías, y delegan al Estado la seguridad, que protege en primer lugar la vida. El Estado debe tener el monopolio de la fuerza pública, que incluye lo atinente a la represión y a la aplicación de penalidades. Esta es la razón de ser del aparato estatal y de las instituciones públicas porque la ausencia de seguridad acarrea el regreso a la ley de la selva: todos contra todos. Si no hay garantías para la vida y la libertad, aparecen los llaneros solitarios y los escuadrones de la muerte que ocupan el espacio abandonado por el Estado.
 
El contrato social está seriamente averiado y en el caso de Nisman, la hipótesis que parece abrirse camino es la de un suicidio inducido. Esta situación no se arregla con meras disculpas sino con un esclarecimiento total y completo. Sólo así el país podrá recobrar la confianza en el Estado como garante de la seguridad y de la posibilidad de vivir civilizadamente. De lo contrario, nos exponemos a internarnos todavía más en esa lógica del amigo-enemigo que conduce al exterminio del rival.
 
Soy consciente de que muchos ciudadanos sienten miedo. Es cierto que el Estado está desertando y que la sensación de ausencia de autoridad complica la perspectiva de un futuro mejor. La grave responsabilidad es haber incumplido las funciones que corresponden al Estado en materia de seguridad. 
 
La pérdida de una vida es grave de por sí y más grave aún cuando se trata de la de un funcionario del Ministerio Público como Nisman. No podemos permitir que ese valor supremo pierda importancia. Si nos resignamos a ello, tendremos que conformamos con ser un país de grandes éxitos individuales y de un descomunal fracaso colectivo".
 
Según Fraga, "la declaración que el fiscal iba a realizar esta semana en el Congreso iba a generar fuerte impacto político. El juez que debe investigar la denuncia de Nisman, Ariel Lijo, interrumpió sus vacaciones y ya el lunes 19 se hizo cargo de la causa, aunque puede determinar que pase a sorteo y quede en manos de otro juez. El Kirchnerismo, coherente con su característica, redobló la apuesta y cuestiona la acusación. La causa abierta por la muerte de Nisman adquiere entidad propia y judicialmente queda a cargo de un juez considerado cercano al gobierno.
 
Las pruebas que reunió Nisman seguramente tendrán varias copias, que estarán en otras manos, como pueden ser los agentes de inteligencia que participaron en la investigación y que tras ser separados de sus funciones en diciembre, fueron pasados a retiro al día siguiente que Nisman realizó su denuncia. Es el momento político más difícil del kirchnerismo".
 
"Se abre así un escenario imprevisible que comprende a la política exterior argentina y a su política interna", dijo luego de hablar de la lucha que se desató dentro de los Servicios de Inteligencia argentinos, que hizo crisis en diciembre con la remoción de la cúpula de la Secretaria de Inteligencia y la purga de funcionarios dispuesta por la Presidenta.
 
 
En cuanto a la política exterior, sostuvo que la de los últimos años del segundo mandato de Cristina son el contexto en el cual tiene lugar la denuncia del fiscal Nisman sobre el encubrimiento de Irán en a la causa AMIA. "Las relaciones con la Unión Europea y los Estados Unidos se fueron deteriorando y se potenció la necesidad de estrechar relaciones con China y Rusia como aliados estratégicos. La alianza con Venezuela se mantuvo con Maduro. El acuerdo con Irán para suspender la causa en la que están acusados de terrorismo funcionarios y ex funcionarios de éste país, gestado inicialmente por el propio Chávez a comienzos de 2011, que fue cuestionado por EEUU, la mayoría de los países europeos e Israel, se enmarca en esta política. Los mismos funcionarios que Nisman acusa de encubrir a Irán han tenido roles relevantes en la "relación especial" que Argentina ha tenido con Venezuela en los últimos tres años".

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