Los argentinos no tendrán más un VIP en las audiencias públicas con el Papa
LA RELACION CON EL VATICANO.Hubo una disposición general y ahora todos deben recurrir a la nunciatura. Con el kirchnerismo, los argentinos accedían a la primera fila. Hubo incluso cuestionamientos por el uso político de la figura papal.
Mientras en el equipo de gobierno de Mauricio Macri delinean con el Vaticano su audiencia privada con el Papa Francisco, el sábado 27 de febrero, se van conociendo los últimos cambios generales en la modalidad de la Santa Sede, que afectan a los argentinos.
Por empezar, según supo Clarín, de ahora en más, no habrá “privilegios” para que los connacionales se ubiquen dentro del corralito en la audiencia pública que el Papa da los miércoles, en la plaza San Pedro. Desde el inicio del pontificado de Francisco, los argentinos accedieron a un saludo en primera fila del Pontífice, más rápidamente que el resto del mundo. Según supo Clarín, de ahora en más, los pedidos para ubicarse en ese sitio, deberán cursarse a la Nunciatura, o también hacerse por Internet, y no buscar los favores del Gobierno, que además busca una relación sin militancia con Francisco.
El acceso a la plaza pública y a la fotografía con Francisco, fue hasta último momento un instrumento del kirchnerismo para premiar a sus amigos, militantes y simpatizantes. Bastaba con pedirle al embajador de turno ante el Vaticano que consiguiera ese espacio privilegiado, y a él se accedía. En otros planos, esta costumbre tuvo momentos álgidos en la utilización que se hizo de la figura de Francisco como cuando durante una visita que le hizo Cristina Kirchner, en Roma, los militantes de La Cámpora lograron una foto junto al Papa con la camiseta distintiva de la agrupación del hijo de la ex presidenta. Eso enardeció a un sector de la curia vaticana.
Por cierto, según supo Clarín la información vaticana a la Casa Rosada es que en 2016 habrá muchos peregrinos en la Santa Sede por ser el año del Jubileo de la Misericordia que termina el próximo 20 de noviembre y comenzó el 8 de diciembre pasado. Sin embargo, en este cambio de modalidad, diplomáticos consultados en el Consejo Argentinos de Relaciones Internacionales (CARI) no pudieron sino recordar el fin de los privilegios en Roma para con los polacos y después para con los alemanes en la ubicación en la plaza pública durante las audiencias del papa Juan Pablo II, y del papa Benedicto XVI, sus respectivos connacionales.
Macri tendrá su primera audiencia oficial con Francisco, en la mañana del sábado 27, con una reunión que en su gobierno calificaron de “muy sustantiva”, en principio, basándose en temas como la eliminación de la pobreza, el narcotráfico, la reconciliación de los argentinos, y el medioambiente. Viajará con una austera comitiva. En ella estará la primera dama, Juliana Awada, Marcos Peña (jefe de Gabinete), Susana Malcorra (Canciller), Fulvio Pompeo (secretario de Asuntos Estratégicos). Entre tanto, Rogelio Pfirter, el nuevo embajador ante el Vaticano, ex alumno de Bergoglio en una escuela jesuita, aguarda la presentación de sus cartas credenciales para antes de la visita. El 15 de febrero debería estar en Roma, según afirman en Balcarce 50.
“El mundo del Papa no puede girar en torno a la Argentina”, señaló una fuente en el Gobierno que consideró que todas las especulaciones sobre la relación de Macri y Bergoglio, de si era buena o si era mala, “quedaron en el pasado”.
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