Aburrido y reiterativo discurso de la líder del Movimiento Nacional Justicialista (¿?)
Quienes concurrieron a la Quinta de Olivos querían que Cristina Fernández asumiera, en la oportunidad, el liderazgo del Movimiento Nacional Justicialista, algo que les preocupa para que se apropien del escenario los transversales K. Sin embargo, la oratoria de Cristina no mencionó demasiado del PJ y ni siquiera hubo 'Marchita'.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Encuentro en la residencia presidencial en Olivos, Vicente López, con la presencia de los integrantes del Consejo Nacional del PJ.
Fue el 1er. encuentro del Consejo Nacional del Partido Justicialista luego de la muerte de quien fue su titular, Néstor Kirchner.
La presidencia formal del Consejo Nacional PJ le corresponde al gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, vicepresidente a cargo desde fines de octubre.
Integran también el Consejo Nacional los gobernadores Jorge Capitanich, Sergio Urribarri, Gildo Insfran, José Luis Gioja, Juan Manuel Urtubey, y el sindicalista Hugo Moyano, entre otros.
Todos ellos fueron a escuchar a Cristina Fernández, manifestando previamente que querían proclamarla líder del Movimiento Nacional Justicialista, tal como lo fue Juan Perón en su momento.
Pero la realidad es que a Cristina ese cargo le quedaría enorme. Cristina no parece tener cualidades para la construcción política y mucho menos para darle pautas de acción al Partido Justicialista.
Su interminable discurso, que ella terminó afirmando que era una evaluación del año, solamente fue una reivindicación a libro cerrado de su gestión y de la de su marido Néstor, pero sin consignas frente a un electoral 2011.
En verdad, los visitantes de Olivos querían pautas específicas acerca del gran enigma: ¿será Cristina candidata a su reelección presidencial? ¿Cómo será el funcionamiento del Partido Justicialista en el año electoral? ¿Cuáles son las definiciones partidarias que eviten el desdoblamiento y resuelvan las candidaturas?
Nada de todo eso abordó Cristina, demostración inequívoca que de eso se encargan otros colaboradores, probablemente sin que ella se entere.
Otra preocupación de los visitantes de Olivos fue intentar acercar a Cristina al PJ, al observar que los transversales K ganan posiciones (por ejemplo, Nilda Garré se quedó con el Ministerio de Seguridad, y Aníbal Fernández y Julio Alak perdieron el control de las fuerzas policiales y de la Secretaría de Justicia).
Pero Cristina los 'durmió' con un discurso en el que afirmó que "todos tenemos que hacer un gran esfuerzo de persuasión, de convencimiento hacia el resto de los sectores políticos y sociales".
Ella pidió "amplitud" y llamó a "acatar las normas políticas y las leyes" .
También se preguntó: "Cuánto más podríamos hacer si ayudaran, no al Gobierno sino al país, y fundamentalmente a quienes tenemos la responsabilidad de conducir el barco".
Ningún concepto nuevo. Ni siquiera en los que le tocó a Néstor Kirchner, para buscar nuevamente la victimización (ya agotada, por cierto).
En la pieza oratoria Cristina no pareció tener comprensión de que acaba de perder más de 20 puntos de imagen positiva desde el inicio de las ocupaciones ilegales y que hay un partido político en el gobierno que desea que se resuelvan sus temores acerca de si podrá permanecer en el poder.
Cristina consideró que “debemos hacer un balance político de estos 7 años y medio que han registrado un crecimiento económico del país”.
En ese sentido, ella recalcó que no es “un crecimiento cualquiera”, no sólo porque “hubo momentos también en el que el país creció 8%” sino porque “es un crecimiento con fuerte inclusión social”.
Cristina citó además que otra medida que “confirma otra característica importante que ha tenido este crecimiento, es que ha tenido un carácter profundamente federal”.
“Es el derecho a la coparticipación con las provincias, de los derechos de exportación de la soja, que son hasta ahora $ 7.300 millones, que hasta fin de mes podrá llegar a los $ 8.000 millones”, recalcó la Presidenta.
La mayoría de los 75 miembros del Consejo Nacional del PJ no podían creer que no encontraron lo que fueron a buscar.
Fue el 1er. encuentro del Consejo Nacional del Partido Justicialista luego de la muerte de quien fue su titular, Néstor Kirchner.
La presidencia formal del Consejo Nacional PJ le corresponde al gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, vicepresidente a cargo desde fines de octubre.
Integran también el Consejo Nacional los gobernadores Jorge Capitanich, Sergio Urribarri, Gildo Insfran, José Luis Gioja, Juan Manuel Urtubey, y el sindicalista Hugo Moyano, entre otros.
Todos ellos fueron a escuchar a Cristina Fernández, manifestando previamente que querían proclamarla líder del Movimiento Nacional Justicialista, tal como lo fue Juan Perón en su momento.
Pero la realidad es que a Cristina ese cargo le quedaría enorme. Cristina no parece tener cualidades para la construcción política y mucho menos para darle pautas de acción al Partido Justicialista.
Su interminable discurso, que ella terminó afirmando que era una evaluación del año, solamente fue una reivindicación a libro cerrado de su gestión y de la de su marido Néstor, pero sin consignas frente a un electoral 2011.
En verdad, los visitantes de Olivos querían pautas específicas acerca del gran enigma: ¿será Cristina candidata a su reelección presidencial? ¿Cómo será el funcionamiento del Partido Justicialista en el año electoral? ¿Cuáles son las definiciones partidarias que eviten el desdoblamiento y resuelvan las candidaturas?
Nada de todo eso abordó Cristina, demostración inequívoca que de eso se encargan otros colaboradores, probablemente sin que ella se entere.
Otra preocupación de los visitantes de Olivos fue intentar acercar a Cristina al PJ, al observar que los transversales K ganan posiciones (por ejemplo, Nilda Garré se quedó con el Ministerio de Seguridad, y Aníbal Fernández y Julio Alak perdieron el control de las fuerzas policiales y de la Secretaría de Justicia).
Pero Cristina los 'durmió' con un discurso en el que afirmó que "todos tenemos que hacer un gran esfuerzo de persuasión, de convencimiento hacia el resto de los sectores políticos y sociales".
Ella pidió "amplitud" y llamó a "acatar las normas políticas y las leyes" .
También se preguntó: "Cuánto más podríamos hacer si ayudaran, no al Gobierno sino al país, y fundamentalmente a quienes tenemos la responsabilidad de conducir el barco".
Ningún concepto nuevo. Ni siquiera en los que le tocó a Néstor Kirchner, para buscar nuevamente la victimización (ya agotada, por cierto).
En la pieza oratoria Cristina no pareció tener comprensión de que acaba de perder más de 20 puntos de imagen positiva desde el inicio de las ocupaciones ilegales y que hay un partido político en el gobierno que desea que se resuelvan sus temores acerca de si podrá permanecer en el poder.
Cristina consideró que “debemos hacer un balance político de estos 7 años y medio que han registrado un crecimiento económico del país”.
En ese sentido, ella recalcó que no es “un crecimiento cualquiera”, no sólo porque “hubo momentos también en el que el país creció 8%” sino porque “es un crecimiento con fuerte inclusión social”.
Cristina citó además que otra medida que “confirma otra característica importante que ha tenido este crecimiento, es que ha tenido un carácter profundamente federal”.
“Es el derecho a la coparticipación con las provincias, de los derechos de exportación de la soja, que son hasta ahora $ 7.300 millones, que hasta fin de mes podrá llegar a los $ 8.000 millones”, recalcó la Presidenta.
La mayoría de los 75 miembros del Consejo Nacional del PJ no podían creer que no encontraron lo que fueron a buscar.
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