Se agudiza la crisis política en Chile, y renunció todo el gabinete
En un intento por contener la crisis del Gobierno y de las instituciones chilenas, cuando su popularidad está en un 31% y el rechazo a su gestión ha alcanzado un récord histórico de un 64%, la presidenta chilena, Michelle Bachelet, ha solicitado la renuncia a todo su gabinete y en 72 horas anunciará a su nuevo equipo de ministros. “He considerado necesario hacer una evaluación de múltiples elementos, desde evaluación de gestión a, también, cuál va a ser el equipo que me va a acompañar a este nuevo ciclo”, ha señalado esta noche la mandataria socialista en una entrevista al Canal 13 de televisión.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Así lo anunció el diario La Tercera, de Santiago de Chile. "Entre las 20:30 y 21:00 de anoche, la jefa de gabinete de Michelle Bachelet, Ana Lya Uriarte, se comunicó telefónicamente con la mayoría de los ministros del gobierno. Un poco antes, la propia Mandataria tomó contacto con los secretarios de Estado que conforman el comité político de La Moneda, entre ellos Rodrigo Peñailillo, Alvaro Elizalde y Ximena Rincón. El mensaje a los 23 jefes de carteras fue el mismo: la Presidenta les pedía disponer de sus cargos, para luego, en plazo máximo de 72 horas, ser notificados de si serían finalmente ratificados o removidos.
Casi una hora más tarde, en un hecho inédito, la propia Mandataria informó por televisión -en una entrevista a Mario Kreutzberger en T13- haber solicitado la renuncia de todos sus secretarios de Estado, para definir en un plazo máximo de tres días un ajuste a su gabinete. “Le voy a contar algo, hace algunas horas le pedí la renuncia a todos mis ministros y me voy a dar 72 horas para tomar la decisión de quiénes se quedan y quiénes se van”, afirmó." (...)".
Cuando la revista Qué Pasa destapó el 05/02 el millonario negocio inmobiliario de la empresa de su nuera Natalia Compagnon, Bachelet estaba de vacaciones junto a su familia en el sur de Chile, por lo que su ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo -considerado su hijo político y hombre clave de esta 2da. Administración-, desde Santiago tuvo en sus manos la gestión de la crisis.
La mandataria se encontraba en su casa de verano junto a su hijo, Sebastián Dávalos, y su esposa, Natalia Compagnon, y, desde este círculo, se responsabiliza al ministro del Interior de no haber dimensionado la gravedad de los sucesos, que terminaron una semana después con la renuncia del primogénito de Bachelet, Dávalos, a su cargo en La Moneda en una muerte política segura.
En la entrevista de la noche del miércoles 06/05, la Jefa de Estado le dijo al popular animador de televisión Mario Kreutzberger (alias 'Don Francisco'): “Me llamaban por teléfono y me contaban partecitas. De lo contrario, me habría devuelto de inmediato a Santiago”.
Peñailillo representaba hasta hace algunos meses la generación de recambio del conglomerado de centroizquierda Nueva Mayoría y, desde hace algunas semanas, ha tenido que enfrentar su propia crisis.
A mediados de abril se conoció que había prestado servicios a Asesorías y Negocios (AyN), una empresa fundada por el recaudador de dineros para campañas políticas Giorgio Martelli, que recibió 245 millones de pesos chilenos de parte de la minera Soquimich, del exyerno de Augusto Pinochet, por trabajos que la Fiscalía sospecha que no se realizaron. Peñailillo aseguró que efectivamente había realizado informes, pero sin llegar a mostrarlos.
El domingo 03/05 él comenzó, sin embargo, a desplegar una operación mediática para comprobar la existencia de los estudios y, después de varias intervenciones erráticas, los dio a conocer en parte a través del diario La Tercera. Pero su situación se complicó en las últimas horas: párrafos de esos informes, según informó la prensa local, eran casi idénticos a uno publicado por Eurobask en 2009.
La decisión de la Presidenta tomó por sorpresa al oficialismo y a la oposición, aunque se da luego de que sectores de la Nueva Mayoría intensificaran sus cuestionamientos a la conducción política de La Moneda, en medio de los casos de corrupción Penta-SQM (que roza a los opositores) y Caval (que roza al oficialismo).
De hecho, en los últimos días se incrementaron las críticas al titular de Interior por la forma en que ha encarado la polémica por las boletas emitidas a la empresa del recaudador de campañas Giorgio Martelli, que está siendo indagado en la arista SQM. Por eso, es que se da casi por segura la salida de Peñailillo. No obstante, quienes apuestan por su permanencia lo hacen porque sacarlo significaría para Bachelet reconocer que fracasó su apuesta de gobierno -el 1ro. de la Nueva Mayoría y no el 5to. de la Concertación, tal como ella ha dicho- fracasó.
En el Ejecutivo también comentaron que otro de los ministros que dejarían el gobierno sería el titular de Hacienda, el socialista Alberto Arenas. En esa línea, se apuntó a que la modificación del equipo de máximos colaboradores involucraría a todo el equipo político.
Detrás de la señal de la Mandataria, afirman en el oficialismo, estaría su apuesta por recuperar el liderazgo y revertir la caída en la popularidad reflejada en distintas encuestas (la investigadora de opinión pública Adimark ubicó su evaluación en un 31%). Por lo mismo, Bachelet también abordó en la TV el caso Caval y, admitiendo errores propios y de su hijo Sebastián Dávalos, se mostró esperanzada en recuperar la confianza de la gente.
Pero los tiempos para anunciar el nuevo gabinete son muy perentorios. Sucede que, pese a los respaldos transversales de partidos de la Nueva Mayoría y la Alianza a su decisión, ha quedado en una muy incomoda posición el canciller Heraldo Muñoz, quien se encuentra en La Haya (Holanda) acompañando al equipo que defiende la postura chilena de objetar la competencia de la corte frente a la demanda territorial de Bolivia.
En círculos de gobierno dan por segura la permanencia de Muñoz en el gobierno y admiten que su situación se analizó antes de que la Presidenta hiciera el anuncio. Sin embargo, primó la necesidad de solicitar una dimisión generalizada de todo el gabinete como un intento de dar un golpe de timón.
“Este es el momento para hacer un cambio de gabinete”, dijo Bachelet, junto con señalar que la decisión no fue tomada antes por las emergencias vividas en Atacama y Calbuco. “Uno no puede traer, en algunas áreas, gente nueva que venga a aprender cuando la gente está urgida por la atención del gobierno. Por eso no he tenido tiempo de sentarme pensar a quién cambio y quién llega”, reconoció.
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